Sunday, April 18, 2010

Se ha perdido la esencia del metalero?

Ante todo quiero que si algún debate se deriva de esta nota, sea un intercambio sano de ideas, con fundamento y sin el típico putazo sin argumentos.

Recuerdo que cuando el metal llego a mi vida, éramos una elite, o tal vez no, pero así nos considerábamos. Ser metalero era un orgullo y una guerra. Peleábamos contra todo aquello que veíamos como erróneo en una sociedad de consumo saturada por las modas y la superficialidad. Mover el culo al ritmo del tema tropical de moda era algo superfluo. La estupidez era algo inaceptable. El orden social no tenía sentido y letras como Inner Self calaban en los más profundo, caminado calles sucias con odio en nuestras mentes, sin seguir las reglas del mundo, solamente a nuestro ser interior!!!

Trovadores del apocalipsis nos mostraban que Colombia era el imperio del terror, nos invitaban a vivir nuestra vida y dejarnos de servilismos o muy explícitamente nos decían que la iglesia es el negocio y el fanatismo la enfermedad.

Los toques, fueran en la sala de una casa, en una bodega abandonada, salón comunal o teatro, eran un encuentro de almas símiles, un culto, tributo al metal, rechazo al conformismo. Se pagaba con gusto la entrada, se compraban demos y revistas underground. Eran puntos de encuentro para hablar de música, arte, literatura, filosofia, sociedad y pendejadas… era una hermandad. No importaba que genero se escuchaba, ser metalero era suficiente para entablar una conversación o compartir una cerveza. La música tenía mística.

Ser metalero era un privilegio y tenía su precio. Lidiábamos con policías queriéndonos cortar el pelo, metiéndonos 24 horas en una estación de policía por ser “satánicos y degenerados”. Ser metalero no era un privilegio frente a la sociedad, era el equivalente de llevar una letra escarlata que nos tildaba como seres anormales, perseguidos y condenados por la intolerancia que siempre ha corroído nuestra sociedad. De ahí que decíamos con orgullo “moriré con las botas puestas” porque sin importar cuanta mierda nos botaran, seguíamos fieles a nuestra escena.

Tener el demo, Ep, Lp, después CD de X o Y banda era cuestión de orgullo, nos jactábamos de comprar la música que nos movía el piso. Saber que estuvimos en un concierto determinado era cuestión de orgullo. “Yo fui a tal concierto, vi a tal banda o tengo el demo de tales manes” era satisfacción total como metaleros.

Además de saber que con cada disco, revista o demo que comprábamos contribuíamos a la escena, sentíamos que era una obligación ser mejores cada día. El conocimiento era parte vital del proceso y por medio de nuestros ídolos aprendimos de arte, filosofía, religión, etc. Era mandatorio demostrar que por ser metaleros éramos mejores que aquellos que nos criticaban, la educación, cultura y gallardía eran parte de un metalero integro.

Criticábamos con fundamentos y tomábamos acción. Nos hacíamos sentir, abrimos espacios en aras de una mejor escena y logramos aceptación. Éramos contestatarios, guerreros de negro armados de ideas, distorsión y ganas de hacer una mejor sociedad para todos, “caspas” incluidos.

Hoy día me duele ver que la mística se ha perdido. Abundan los “metaleros” de mp3 bajados de la red que tienen fácilmente 64 gigas de música gratuita y no poseen un solo disco original, hijos de las modas y por otro lado gamines que se escudan en la “brutalidad” del metal para justificar sus actividades antisociales.

Es necesario comprar los discos, pagar las entradas a los conciertos y censurar las acciones de antisociales que le dan un mal nombre a la escena. Como guerreros del metal es nuestra obligación erradicar comportamientos que son contraproducentes. Creo que 200 o más personas pagando una entrada a un concierto no se pueden dejar intimidar por 20 antisociales que quieren entrar gratis y a la fuerza. No somos guerreros? Demostremos nuestro repudio y si es necesario recurrir a la violencia, que así sea, a las buenas o a las malas tienen que ser erradicados.

De igual manera los invito a tomar conciencia social, que el metal nos haga mejores personas, ejemplos envidiables para aquellos que nos critican, demostremos que por ser metaleros somos mejores que ellos. Construyamos una escena solida de metal, sin géneros, apersonémonos de el legado de aquellos que pelearon para que podamos disfrutar lo que es el metal hoy día, aislemos piratas, repudiemos individuos y acciones que dañan la escena. Tomemos acción, apoyemos de verdad, compremos los discos, paguemos las entradas a los conciertos y sobre todo, eduquémonos, seamos mejores cada día, el conocimiento es lo que nos diferencia de las bestias.

El metal me enseñó a ser mejor persona y me molesta saber que otros lo usan como excusa para ser gamines, de los verdaderos metaleros depende que podamos erradicar esa plaga de raíz, a las buenas o a las malas pero es nuestra obligación.

Metal hasta la muerte!!!!!!!!!!!!

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