Cavilaciones

Se que el arquitecto del universo en su inmenso sentido de sarcasmo e incongruencia que le han caracterizado desde que la memoria cósmica recuerda, decidió que en su cadena de eventos sin sentido, el día 29 de enero de 1975, una de sus malas jugadas tuviera lugar, nací para comenzar a morir.

El escenario no podía ser más único: Bogota. La capital de una tierra de locos e ilusos, capaces de los actos mas nobles o mas censurables, bordeada por dos enormes océanos, y aun así, bañada en sangre y abusada durante generaciones por cuanto degenerado del primer mundo a ella ha llegado a cambiar sus espejos de odio y aberración por el dorado e inocente espíritu de seres quienes aunque juventudes alienadas del nuevo milenio ignoran, rechazan o de quienes simplemente se avergüenzan por no haber sido druidas, mayas, incas, vikingos, o bien aberrante aun, gringos, fueron poseedores de una gran cultura, inteligencia y fuerza que han hecho de este punto geográfico un escenario único donde hasta lo mas inverosímil tiene la posibilidad de abrirse paso a la realidad. Esa es Colombia, mi país, un pequeño piñón en el engranaje de una maquinaria tridimensional en la que el susodicho arquitecto decidió un día defecar una amalgama de materia y libre albedrío a la que los portadores de dicho bulto un día decidieron llamar Andrés.

Que quienes fueron escogidos como mis padres jamás se imaginaron que al acercarse la una de la madrugada de aquella mañana de enero iba a comenzar un largo y fluctuante trayecto de eventos que cambiaria su forma de percibir la vida, y que por otra parte se encargaría de moldear al ente vacío que se sienta a escribir estas líneas.

Si alguien un día llega a leer estas notas, se preguntara: de que se trata esto? Para que voy a querer leer lo que este pelmazo tiene que escribir?, cuestionamientos que indudablemente invadirán las mentes de aquellos que me han conocido, y para ser honesto yo no tengo la respuesta, tal vez entre mas escriba mas me acercare a ella.

Lo que si tengo muy claro es porque he decidido sentarme a escribir algo distinto a artículos sobre discos, entrevistas con bandas, reseñas de conciertos o misivas con mis pensamientos, declaraciones de afecto y temores mas íntimos a destinatari(a)os que no son mas que espejismos en un desierto que a cambio de arena, se compone de emociones utópicas y seres egoístas que en conjunto se encargan de hacer cada día mas miserables a los seres humanos.

Escribo porque lo necesito, mi insípida existencia me lo ordena. Lo hago para dejar testamento a futuro de quien soy y porque lo soy, que si en el futuro no me recuerdo, acá me pueda encontrar al menos con algunas parte de mi. Quiero arrojar mis pensamientos, satisfacciones y frustraciones sin ser juzgado y no recibir consejos que nunca he pedido; deseo dejar registro de mi vida antes de que la memoria me traicione y quede perdida para siempre y así explicar incluso a mi mismo, como llegue a descubrir mi sendero, como este ha definido mi vida, mis pensamientos, motivaciones y el efecto que ha tenido en mi y en aquellos que me rodean.

Escribo porque ayer me senté a recordar.

Recordé cuantas fotos me negué a tomarme y ahora daría todo por poderlas ver. Recordé como desde mi infancia comencé a escribir diarios que eventualmente bote o nunca termine. Recordé lo suficiente para darme cuenta que no recuerdo parte de mi vida, que intencionalmente bote memorias invaluables, que hay partes de mi existencia que ya no son claras, son solamente imágenes borrosas o mimetizadas en un caleidoscopio de recuerdos confusos a tal punto que no se si lo que “recuerdo” de varias situaciones fue lo que sucedió o lo que me hubiese gustado que sucediera y que no deseo en unos años sentir lo mismo sobre este y muchos otros momentos.


Escribo para mí.

Andres Chinaski?

Definitivamente quedarse sin trabajo es la cagada.

Si, se levanta uno tarde, se acuesta cuando le da la gana, vive pendiente de todas las series habidas y por haber y hasta se termina viendo todos los episodios de Hasta que la Plata Nos Separe por youtube en menos de una semana. Termina uno hasta pensándola si se ve el lanzamiento de la película de Sex and The City por HBO (eso si definitivamente es caer bajo!!!). Pero cuando se acaban los ahorros y la crisis económica nos fuerza a parar con el bello rito de adoración al grandioso Baco, la sobriedad pega, nos damos cuenta de lo jodidos que estamos y no se…. queda uno como en el limbo.

En resumidas cuentas quedarse sin trabajo, es por asociación quedarse sin cerveza.

Irónicamente, la pensadera derivada de la falta de alcohol lo lleva a uno precisamente a eso: a pensar.

Piensa uno en la novia, la familia, la gente que ha pasado por su vida, aquellos con quienes la ha cagado y los que la han cagado con uno.

Se piensa y se conjetura como seria la vida si hubiese hecho esto o lo otro de tal manera.

Piensa uno en pendejadas como lo bakano que seria ganarse la lotería y no seguir en estas y por asociación lo que no haría uno con esa plata y hasta se le ocurren veinte mil ideas de negocios absurdos o empieza a buscar trabajos de lo que sea. No para sentirse útil, vivo, digno ni nada de eso, porque un trabajo de mierda donde lo exploten a uno como si un juez lo hubiera sentenciado a trabajos forzados para una remuneración igualmente de proporciones fecales no tiene nada de gratificante, pero igual si sale pues uno se le mide. Ahí es cuando quien escribe se encuentra, sin quererlo, viviendo en Factotum y al mirarse al espejo ya no ve a Andrés sino una versión macondiana de Henry Chinaski.

También piensa uno en formas de aprovechar el tiempo mientras algo sale y retoma actividades que otrora no podía desempeñar por aquello de la falta de tiempo y que eran sumamente gratificantes. Vuelve uno a leer, diseñar, le da por hacer podcasts y hasta escribir en un blog de mierda que dejo de ser un medio para dejar memoria de incontables noches de faenas etílicas y contar guevonadas para convertirse en el muro de los lamentos de Andrés.

Piensa uno en escribir ese guión para una película re enferma que ha llevado en la cabeza por años. Piensa en terminar de escribir ese libro que inicio por allá en 1992. Piensa en completar esa animación que dejo inconclusa. Piensa uno, y piensa, y piensa y piensa….

Y Sigue pensando…

Probablemente sea un problema de aquellos con mente creativa, o en su defecto, con ínfulas de creativos, pero cuando no se piensa por tratar de llenar un bloqueo creativo con una idea relevante, se piensa por tratar de descifrar cual de toda una avalancha de ideas es la que vale la pena perseguir. Por cualquier lado esta uno jodido.

Sea cual sea el caso, se busca inspiración y como buen amante del conocimiento la busca en todo lado para finalmente estrellarse con la inevitable y salvaje realidad de que a uno no es el único que se le ocurren cosas. Se da cuenta que ese documental que por años tuvo en la cabeza, justo cuando se decide a tomar cartas en el asunto y llevarlo a la realidad, otro ya se le adelanto. Esa historia que quería contar, otro ya lo hizo y hasta mejor de lo que uno la hubiera podido hacer, y así sigue la lista de ejemplos para al final del día, ser incapaz hasta de formular una versión propia de la ironía socrática y terminar diciendo simplemente: Solo Se Que Nada Se.

Y eso me emputa!!!!!!

Mierda, necesito un trago.